¿Usted Conoce la Edad de sus Arterias?

 

Un viejo aforismo en medicina dice “que la verdadera edad de uno es la edad de sus arterias”, es decir que la salud cardiovascular depende y mucho de si las mismas están o no sanas.

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La ateroesclerosis (ATE), uno de los principales flagelos para nuestra salud especialmente cardiovascular, puede evaluarse de diferentes maneras. 

Una de ellas, es a través de conocer como están las carótidas, las arterias principales del cuello, y que naciendo desde la aorta (arteria principal del organismo) atraviesan el cráneo y se distribuyen por todo el cerebro.

Una de las complicaciones más severa del efecto negativo de la ATE en dichas arterias, es su obstrucción por placas de grasa y/o coágulos de sangre que pueden producir, entre otras cosas, el famoso accidente cerebrovascular (ACV) 

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El Centro de Hipertensión (CEHTA Cardiovascular) ha incorporado un nuevo equipo de ultrasonido de última generación que tiene un software especial para poder analizar y determinar la edad de sus arterias.

Con un estudio simple no incruento Ud. podrá saber si su edad cronológica se corresponde con su edad vascular y podrá compararse con la media de la población.

Todas las personas interesadas en realizarse este novedoso procedimiento, le rogamos tome contacto con cualquiera de las secretarias.

Administración



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No olvidemos a las enfermedades cardiovasculares durante el COVID-19

El Dr. Roberto Ingaramo, Director Médico del Instituto de Cardiología Pueblo de Luis y de CEHTA (Centro de Hipertensión Arterial) recuerda la importancia de concurrir a las consultas médicas o a la guardia ante cualquier emergencia, para no agravar el cuadro de los pacientes con enfermedades cardiovasculares. 

Ha pasado más de un año desde que se detectó al nuevo coronavirus SARS-CoV-2 y desde entonces continúa extendiéndose. El 11 de marzo del 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) evaluó y anunció que la nueva enfermedad por el coronavirus, COVID-19 se caracterizaba como una pandemia.

Al iniciarse la segunda ola de esta enfermedad, muchos países registran un aumento en muertes ocasionadas por problemas cardíacos. Más de lo que se esperaba desde el inicio de la pandemia. Por ello se exhorta a la comunidad a no dejar de solicitar atención médica de especialistas.

Y ante este problema, la Argentina no se encuentra exenta. En 2020 Las consultas médicas cayeron más de un 60%. Un estudio de Bozonovich y otros (2020) destaca que:

 

“En abril del 2020 se observó una disminución de consultas a emergencias del 74% (213.947 en 2019 a 54.952 en 2020). También se observó una disminución de 48% en las hospitalizaciones. En cuanto al motivo de ingreso hospitalario, se observó una disminución del 62% en los ingresos por angina de pecho y síndrome coronario agudo, y por accidente cerebrovascular y accidente isquémico transitorio, de un 46%.” (p. 38) (Fuente)

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Por ello es que resulta importante no descuidar la salud y, sobre todo, a las enfermedades cardiovasculares que lideran el ranking de muertes por año a nivel global y en Argentina. 

Durante esta pandemia otras enfermedades que han sido postergadas siguen su avance especialmente si se le suma el crecimiento de actividades no saludables como el sedentarismo, el consumo de alcohol, tabaco y alimentos grasos.

Recordemos que, en nuestro país, 4 de cada 10 personas adultas son hipertensas y solo un 60% lo sabe, algo que con el tiempo lleva a la insuficiencia cardíaca, ACV, infartos o la insuficiencia renal.

Ante esto el Dr. Roberto Ingaramo nos recuerda que “En este tiempo de pandemia no tenemos que distanciarnos de nuestra salud. Hay que seguir concurriendo a las consultas médicas.”

Y resalta “La detección temprana es muy importante y puede marcar la diferencia para muchos pacientes coronarios o con otras enfermedades crónicas. No hay que demorar la atención médica ante la detección de síntomas para no agravar el cuadro.”

Por ello, es necesario atender a las siguientes señales que pueden requerir la atención de especialistas en cardiología:

  • Dificultad para respirar o falta de aliento (disnea)

  • Dolor persistente o presión en el pecho

  • Taquicardias o palpitaciones (latidos rápidos o irregulares del corazón)

  • Pérdida del conocimiento

  • Confusión o incapacidad para efectuar movimientos o hacerlo torpemente

  • Cambios en la coloración de la piel o labios (pálidos, azulados)



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Enfermedades Cardiovasculares y Coronavirus

El día sábado 11 de Abril pasado el Diario EL CHUBUT le hizo una nota al director médico del Instituto de Cardiología Pueblo de Luis.

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Por Dr. Roberto A Ingaramo
Estamos viviendo momentos difíciles, extraños, casi irreales, donde nos están sucediendo cosas que solo pensábamos existían en ciencia ficción.

Hoy en día nuestro país y el mundo se ven amenazados por un nuevo agente patógeno como el COVID-19 más conocido como coronavirus. Si bien no es propósito de esta nota comentar sobre las características y consecuencias para la salud que trae aparejado el contagio con estos tipos de virus aparecidos recientemente como el SARS, MERS y este último COVID-19 ya que el mismo ha sido ampliamente abordado por todos los medios de comunicación en estos días, me referiré brevemente sobre algunos aspectos de la misma.
Como toda infección por microorganismos, ante una virosis, nuestro cuerpo se ve más o menos afectado en algunos organos dependiendo del tipo de virus que uno contraiga. 
Como es conocido, el coronavirus hace su efecto deletéreo principalmente sobre los pulmones, provocando en los casos más graves, una insuficiencia respiratoria severa que seguida en general de lo que se conoce como una falla múltiple de todos los órganos, produce en la mayoría de los casos la muerte de la persona contagiada.
Expertos han sugerido dividir la historia natural de esta infección en tres fases, una primera de «infección temprana» caracterizada por fiebre, dolor de garganta y tos seca; una segunda denominada «fase pulmonar» con alteraciones en la respiración y disminución del oxígeno en sangre y una tercera llamada de «hiperinflamación» caracterizada por inflamación generalizada, insuficiencia respiratoria, falla cardíaca y shock. En cada una de estas instancias se han y se continúan probando diversas drogas con resultados dispares sin que exista aún un consenso científico de cual o cuales administrar, en qué período de la enfermedad y por cuánto tiempo.
Si bien el peligro sanitario que esta pandemia representa merece la atención de todos los sistemas de salud, no debemos olvidarnos del resto de las patologías que padecemos y que no «están en cuarentena» por el coronavirus.
Entre ellas, nos referiremos a la principal causa de muerte en nuestro país, las enfermedades cardiovasculares. Si pensamos que la gran mayoría de las cardiopatías ocurren en personas mayores de 60 años, precisamente las más susceptibles de contraer la virosis, podemos estar ante un doble problema.
Toda infección, tanto bacteriana como virósica, puede tener efectos muy negativos sobre el corazón y los vasos sanguíneos  provocando, entre otras, las llamadas endocarditis y mayormente en el caso de las virales, las miocarditis. La miocarditis es una inflamación del músculo cardíaco que puede llevar a la dilatación del corazón, insuficiencia cardíaca y hasta en los casos extremos  llegar a ser necesario un trasplante o producir la muerte del individuo. Por suerte, según los datos obtenidos de los médicos chinos, italianos y españoles, la miocarditis no es una complicación probable del COVID-19 y no parecería que produciría lesiones directas sobre el corazón.  Hasta el momento, los estudios realizados incluyendo las biopsias cardíacas efectuadas en pacientes fallecidos por este virus, muestran una muy escasa presencia de miocarditis. Esta miocarditis, de presentarse forma parte de la inflamación generalizada comentada arriba que sufre nuestro organismo en los casos graves afectados por el virus. 
También se han descripto arritmias y casos de insuficiencia cardíaca. A su vez, la afectación cardiovascular es más probable que ocurra en las personas con enfermedades asociadas como la hipertensión arterial, diabetes o una enfermedad cardíaca previa.
Pero, si bien la afectación cardiovascular por el coronavirus parece ser al menos hasta el momento escasa, (recordemos que una de las características de este agente patógeno es su mutación), el mismo está generando consecuencias negativas indirectas.
Reportes de salud provenientes de Italia y España han alertado sobre una serie de inconvenientes que se están presentando y representan un reto para los sistemas de salud, en especial los de Emergencias.
El primero observado es que los pacientes con un síndrome coronario agudo recluidos en sus domicilios, han sido remisos en solicitar ayuda a los servicios sanitarios ante el temor de una probable internación y contagiarse con el virus intrahospitalariamente. Esto ha provocado que se demore en forma peligrosa su atención y tratamiento, que junto a la tardanza en los servicios de emergencia en llegar al domicilio, han provocado un aumento de las complicaciones y severidad de los cuadros clínicos.
Otro inconveniente, este de carácter médico, es que se dificulta el diagnóstico en estos síndromes coronarios, ya que una enzima que se analiza en la sangre de estos pacientes (Troponina T) para saber si se está produciendo una isquemia coronaria (disminución o ausencia de la circulación) también aumenta como consecuencia de la inflamación virósica, lo que impide el empleo de una herramienta muy útil para descartar un cuadro coronario y los médicos deben utilizar otros métodos adicionales de diagnóstico, pero valiéndose más que nada en su experiencia para evaluar la evolución del paciente y poder tomar una conducta definitiva. En ese aspecto, se está prefiriendo el tratamiento médico conservador y dejar reservado solo para casos muy graves las intervenciones terapéuticas como el cateterismo y angioplastias a los fines de minimizar posibles contagios y no sobrecargar los recursos humanos y técnicos.
Por lo tanto, un consejo práctico para todos aquellos que tengan una patología cardiovascular conocida o no, es que ante cualquier síntoma que suponga una emergencia cardíaca no dude en hacer la consulta médica a la brevedad. Otro es mantener sin cambios los tratamientos administrados por sus médicos, la mayoría de estas drogas no han mostrado interacciones negativas en los cardiópatas que contrajeron la virosis con las empleadas para controlar la misma.
Si bien es comprensible que todo el sistema de salud debe estar mayoritariamente abocado a tratar de mitigar y controlar los efectos de esta pandemia, no hay que olvidarse de la existencia, permanencia y evolución negativa que pude ocurrir con la amplia variedad de patologías que la padece la población general y que las pérdidas de control de las mismas, como las cardiovasculares, provocadas directa o indirectamente por las acciones masivas desarrolladlas tendientes a controlar al COVID-19, puede llevarnos con el tiempo a problemas de salud tal vez mayores que el actual.

https://www.elchubut.com.ar/nota/2020-4-11-23-8-0-enfermedades-cardiovasculares-y-coronavirus

III Jornadas Internacionales de Cardiología y Factores de Riesgos Cardiovasculares

Hoy se desarrollaron las Charlas del segundo día de las Jornadas Internacionales de Cardiología.

La apertura estuvo a cargo del Presidente de la Sociedad de Cardiología del Chubut, el Dr. Roberto Ingaramo

Disertantes:

Dra. María Victoria Salinas

Médica especialista en Nutrición y Diabetes del Servicio de CEMIC. Buenos Aires. Docente en el pregrado de Medicina y Nutrición del Instituto Universitario CEMIC.

Dr. Fernando de Valais

Electrofisiólogo. Ex becario Servicio de Electrofisiología. Hospital Clínico de Barcelona, España. Jefe de Servicio de Electrofisiología ICPL y del Sanatorio De la Trinidad. San Isidro. Bs.As.

Prof. Dr. Don Juan Florencio Macías Núñez.

Nefrólogo y Geriatra. Especialista en Hipertensión Arterial. Sociedad Europea de Hipertensión
Director de la Cátedra Hipertensión y Riesgo Cardiovascular. Facultad de Medicina
Universidad de Salamanca. España